18 de octubre de 2008

Breve reflexión: ¿Teoría vs Práctica?. Cambiar la historia depende de nosotros. 1º Parte.


No hay fatalismo en la conducta humana ni en el mundo de la cultura. La historia la construimos nosotros y ella, a su vez, nos construye. Se trata de un tema que debemos discutir, analizar, para encontrar el camino del sujeto autónomo.
El discurso neoliberal se impone cuando los sujetos se asumen como objetos y lo consideran inevitable. La respuesta, nuestro desafío, es la construcción de una verdadera educación popular. Propuesta que debe ser teórica y práctica. Una forma de pensar y hacer la educación colectivamente. Una educación que responda a las líneas de trabajo de un proyecto político y educativo liberador.
La educación popular debe darse no sólo fuera sino también dentro de las instituciones. Omitir el afuera ha sido una manera de ocultar el uso de la educación como herramienta de dominación. Lo real es que la relación pedagógica está atravesada por muchas variables y muchas de ellas aparecen fuera del aula.
La escuela, pública y estatal, popular, es un espacio a defender para democratizar el conocimiento. Hoy las políticas públicas neoliberales interpretan al conocimiento como mercancía y a la educación como bien de mercado, la escuela como shopping del saber, los padres como clientes. Tales políticas, que vienen desde la década del ochenta y noventa en Argentina, no han cambiado. Tenemos más cambios de jefes de Estado o ministros de Educación que de políticas educativas.
Aunque no se trate de culpa y sí de ideología de las políticas educativas, en algún lugar, docentes y alumnos somos funcionales y las favorecemos. Darse cuenta de esto, asumirlo, debe ser un punto de partida de sinceras y honestas reflexiones, críticas y autocríticas. Docentes, alumnos e instituciones necesitan transitar espacios de reflexión colectiva, permanente, sistemática, de diálogo franco, de coherencia, para combatir la pedagogía del adiestramiento y la domesticación.
Hacer, más que hablar, y conocer el mundo para transformarlo y delinear un colectivo con esperanza. La esperanza se construye, y se construye con objetivos; y los objetivos se consiguen con seriedad, método y eficacia social. Es necesario re-ligar lo académico con lo popular para brindar respuestas teóricas, políticas y éticas.
Freire ayuda a entender que conocer es algo más que intuir, así como educar no es transferir conocimientos, sino crear la posibilidad para su propia producción.
Los seres humanos somos impulsados a algo más, al tomar conciencia de la propia incompletitud. Como seres inacabados, sentimos insatisfacción y nos encaminamos hacia el futuro esperanzado en búsqueda de ser más, camino que debemos transitar en el proceso permanente de formación docente.
Aprender críticamente requiere de sujetos pedagógicos creadores, instigadores, inquietos, rigurosamente curiosos, humildes y persistentes. No resulta suficiente transferir conocimientos o saberes. El verdadero aprendizaje nos exige convertirnos en sujetos reales de la construcción y reconstrucción del saber enseñado.
Los educadores y educandos somos sujetos del proceso que asumen que enseñar contenidos se completa con enseñar a pensar correctamente. Ser docente es algo más que un trabajo o profesión si miramos y sentimos el legado de Freire. Darse cuenta de los desvíos, errores, volver sobre la práctica, reflexionar, compartir, promover la curiosidad crítica, reconocer el valor de las emociones, de la afectividad, de la ética, de la estética. Ser docente es elegir un estilo de vida.
Calvo, M. Edith.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena la relación con la realidad!!