18 de noviembre de 2008

Algunas ideas para la educación actual (1º parte)

Hay un consenso generalizado de que nuestro sistema educativo se ha vuelto obsoleto, cada vez tenemos más dudas sobre su eficiencia y hasta dónde prepara adecuadamente a nuestras jóvenes generaciones para enfrentar un futuro que vemos cada vez más incierto.
Por ello se concluye en que nuestro sistema educativo necesita una revisión profunda para luego cambiarlo.
Este problema no es sólo de nuestro país, o del tercer mundo, también en el mundo desarrollado hay descontento y dudas sobre la eficiencia de sus sistemas educativos.
Muchas propuestas de reformas se centran en los contenidos, proponen que se deben de actualizar permanentemente, de manera que no brindemos a nuestros educandos información y conocimientos obsoletos o atrasados. Otros proponen la introducción de nuevas materias a los programas de educación básica y media; así se proponen nuevas materias como ecología y medio ambiente, computación, también plantean el regreso a viejas materias como moral, urbanidad y cívica.
Los anteriores planteamientos son buenos aunque insuficientes; pueden contribuir a mejorar los sistemas educativos, pero también pueden generar nuevos problemas. Pero lo más importante es que no abordan el problema de fondo de nuestro sistema educativo, que es su orientación y su metodología.
A continuación desarrollo algunas ideas tanto en las nuevas orientaciones, como en elementos metodológicos básicos que deberían ser tomados en cuenta al momento de rediseñar nuestro obsoleto sistema educativo.
1) Se debe aprender a aprender. Además de aprender conocimientos, el educando debe aprender cómo adquirir nuevos conocimientos por su cuenta, que le permitan ir mas allá de lo recibido en la clase o en el texto oficial.
2) Debemos aprender siempre. Saber que nunca dejamos de aprender. Que el estudio, la investigación, la adquisición de nuevos conocimientos, sólo deben de terminar cuando morimos. Debe superarse la vieja idea de que cuando nos graduamos en una profesión, terminó nuestra época de estudiantes y ya nunca necesitaremos aprender nada nuevo o mucho menos regresar a un aula escolar.
3) Lo aprendido no es inmutable ni constituye verdad eterna. Saber que el desarrollo de la ciencia y la tecnología modifica constantemente los contenidos aprendidos. Muchos de los contenidos que aprendimos en la escuela ya están desfasados diez años después. Por ello la actitud de aprender siempre, debe complementarse con la capacidad de sustituir o enriquecer los viejos conocimientos a la luz de los nuevos descubrimientos científicos.
4) Lo aprendido se acumula y se interconexiona. Nos decía nuestro maestro de matemáticas que no se puede aprender a dividir, si antes no se aprende a sumar, restar y multiplicar. No se puede acceder a conocimientos superiores si antes no se adquieren conocimientos básicos sobre una materia o tema. Además el conocimiento de una materia o área se relacionan o se conectan con otros de áreas diferentes, así tenemos que los conocimientos de matemáticas, son indispensables en física, estos a su vez ayudan a comprender fenómenos químicos, y sin química es impensable la genética. Elaborar y reelaborar el conocimiento debe ser una meta.
5) Aplicar lo aprendido y aprender en la aplicación. Aprender no sólo es adquirir teoría, el mejor conocimiento debe ser teórico-práctico. Aprendemos para transformar la realidad, para vivir mejor. El conocimiento sólo en su faceta teórica se limita y no se desarrolla. Pero también en cada acción que desarrollamos aprendemos. Sólo el proceso teoría-práctica permite el desarrollo del conocimiento.
6) Enseñar lo aprendido. Debemos aprender a transmitir el conocimiento adquirido. Sistematizar el conocimiento y ponerlo al servicio de los demás. Incluso deberíamos de aprender a vulgarizar el conocimiento de manera que todos pudiéramos comprenderlo.
Con los anteriores elementos de orientación no se agota el tema, pero pueden ser la base de una nueva actitud a fomentar en los sujetos de la educación.

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