19 de noviembre de 2008

El fracaso de la educación actual (4º parte).

"Los delincuentes van a la cárcel, los niños a la escuela".
Caminando por las inmediaciones de una escuela observé unas pintadas firmadas todas con la "A" de anarquía, "jóvenes violentos y orgullosos", además de otras consignas y graffitis ininteligibles que salpicaban varios metros de pared.
De entre esas "expresiones", una me llamó especialmente la atención. Decía más o menos así: "los delincuentes van a la cárcel, los niños a la escuela". Me pregunté si tan mal trataba la escuela a los niños para que dijeran semejante cosa ó era más bien una actitud de desafío a un sistema educativo que ha renunciado a ser tal. Me pregunté también cómo era posible que la escuela de hoy, tan deseosa de hacer del alumno el protagonista indiscutible de su educación, obtuviera este rechazo tan manifiesto y radical de cierta parte de su alumnado ¿No sería precisamente esa la causa?.
No debemos olvidar que ciertos planteamientos educativos, bastante sesgados en lo ideológico, están -paradójicamente- creando en el niño una visión negativa de la escuela y de la sociedad al afirmar, casi como dogma de fe, que el niño ha sido poco menos que una "víctima" de la escuela y por tanto se le ha de "compensar". Y es que en la actitud de rechazo que muchos jóvenes sienten hacia la educación -que tachan, sin más, de imposición- tiene una responsabilidad notoria dichos planteamientos autodenominados progresistas.
Relato tan sólo un caso concreto -pero sumamente representativo- del ambbiente que existe en gran parte de las escuelas e institutos de nuestro país, sin hacer distinción que sean de ciudades o pueblos, un ambiente que muestra que no sólo se está contra el modelo educativo sino -lo que es más importante y resulta tremendo- contra la idea misma de escuela y educación.

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