5 de noviembre de 2008

Educación liberadora del oprimido.

Pablo Freire fue un pensador comprometido con la vida, no pensó en ideas abstractas, sino que pensó partiendo de la existencia concreta.
Su proyecto educativo, que parte de la praxis, apunta a crear humanización, a liberar al hombre de todo aquello que no lo deja ser verdaderamente persona; busca sacar al sujeto analfabeto de su situación de inconsciencia, de pasividad y falta de criticidad.
La liberación necesaria que logre humanizar al hombre, no caerá desde el cielo, sino que, será fruto del esfuerzo humano por lograrla.
La Educación Popular no ha de confundirse con aquella que se lleva adelante en centros educativos de gestión oficial, gratuitos, cuyos destinatarios son la gente del pueblo, los pobres, los marginados. No basta que los destinatarios sean miembros de las clases populares, implica algo más: todo un estilo educativo diferente a aquel elitesco, reproductor del sistema social de injusticia, que genera hombres y mujeres que se amoldan a la sociedad sin transformarla, sin ser agentes de cambio.
Entiendo la Educación Popular como “…un enfoque educación alternativo dirigido hacia la promoción del cambio social". No promueve la estabilidad social, sino dirige su acción “...hacia la organización de actividades que contribuyan a la liberación y la transformación". El propósito central de este paradigma se vincula con la necesidad de que el proceso de cambio sea asumido por el pueblo. En consecuencia, “uno de los esfuerzos más relevantes es el de la educación de los grupos populares que son potencialmente capaces de actuar como agentes conscientes del proceso de cambio social".

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